Lo-Fi Aesthetic 101: orígenes.
¿En dónde estaba la Lo-Fi Girl antes de ponerse a estudiar?
1 A.M Study Session (Lofi Girl)
Aunque el género se popularizó muchísimo antes de que la pandemia comenzara, las condiciones del aislamiento propiciaron su auge, el Lo-Fi es un género musical caracterizado por capturar la estética que la imperfección representa en cuanto a producción musical refiere. Low Fidelity, de ahí el término, es la antítesis del High Fidelity.
Después de que el mundo haya atravesado una pandemia en 2020, el internet nos mantuvo ocupados y nos sirvió de herramienta para sustituir una oficina o un salón de clases al vernos en la necesidad de aislarnos del contacto con los demás. Es innegable la importancia de la música para el ser humano en cualquier ámbito de la vida. Aunque el género se popularizó muchísimo antes de que la pandemia comenzara, las condiciones del aislamiento propiciaron su auge. Creció exponencialmente tanto el número de personas haciendo música como el número de oyentes, y se convirtió en la banda sonora que acompaña a diario a muchos de nosotros.
Nos referimos a la música Lo-Fi. Un género musical caracterizado por capturar la estética que la imperfección representa en cuanto a producción musical refiere. Low Fidelity, de ahí el término, es la antítesis del High Fidelity. Es difícil delimitar las características exactas que hacen Lo-Fi a una pieza, pero podríamos delimitarlo universalmente a aquellas que incluyen elementos que profesionalmente se buscan evitar como interferencias, ruido ambiental, distorsiones, ecualizaciones inusuales y una atmósfera que nos evoca esa sensación analógica de escuchara discos de vinil en un tocadiscos antiguo.
El Lo-Fi como filosofía, busca crear arte con bajo presupuesto, haciendo uso del material del que el artista dispone sin invertir más de lo necesario. Esta idea es tomada de la corriente DIY (Do It Yourself, Hágalo Usted Mismo en español), que propone alternativas funcionales de bajo costo, con materiales caseros y herramientas que comúnmente encontramos en casa. Es por ello que el Lo-Fi es frecuentemente asociado a música hecha en casa, con equipo básico y sin mucha producción. Paradójicamente, en la actualidad, el Lo-Fi es producido a través de equipo musical mucho más avanzado y atraviesa arduos procesos de producción que emula lo contrario: la nostalgia de épocas anteriores a la tecnología.
The Beach Boys, la banda de rock estadounidense de la década de los 60, fue pionera en utilizar equipo musical limitado en casa, en influenció más tarde a bandas de rock denominadas indie, alternativas y garage de los 80 y 90, que buscaban un sonido áspero y no tan limpio.
Gracias a los Four-Track Recorder, que permitían la grabación simultánea de diferentes fuentes, la digitalización de pistas, la popularización de efectos electrónicos como el reverb y toda una revolución en la ingeniería de producción musical en los 80 y los 90, dieron pie a una nueva manera de hacer música.
Gracias al auge del Hip Hop en los 90 y el fenómeno del denominado sampling, en el que artistas tomaban fragmentos de canciones de décadas pasadas de otros géneros como el jazz, gospel, R&B, inspiraron ampliamente la manera actual de hacer Lo-Fi. A partir de los 2000, el Lo-Fi tomó firmemente sus bases del jazz y el Hip Hop, aunado a un concepto underground, menos comercial y más accesible a artistas independientes.
Límites legales
El Hip Hop noventero y sus sampleos se volvió controversial cuando recién comenzaba, pues experimentaba con los vacíos legales que representaba el tomar fragmentos de canciones de otros artistas y no pagar regalías, además de las críticas al proceso creativo y la acusación de robo de propiedad intelectual. Se crearon entonces leyes que limitaban el uso del material de otros artistas en creaciones propias y se establecieron la dinámica de regalías y créditos para los autores originales. Gracias a estos hechos que pasaron a la historia, actualmente, vemos el sampleo como algo inherente a la música.
Con el Copyleft y el libre uso, a partir de los 2000 se propicio la creación de comunidades de difusión de contenido libre de derechos de autor y de bibliotecas de música libre de regalías y el Lo-Fi Hip Hop como lo conocemos, paulatinamente ve la luz.
Punto de encuentro de las culturas americana y asiática
En los 2000 entra en escena Nujabes, un aficionado al Hip Hop quien llevaba un sello discográfico japonés y era dueño de tiendas de discos en Tokio, y quien comenzó a producir su propia música tomando elementos del jazz, blues y soul afroamericanos, mezclado con Hip Hop, y lo popularizó entre productores de la época bajo el nombre de ChillHop, caracterizado por su atmósfera nostálgica y familiar, que te lleva a un estado de cierta relajación.
Gracias a Nujabes, en 2004 la cultura americana del Hip Hop y la cultura asiática vieron su punto tangente en el anime de Samurai Champloo, cuyo soundtrack a su cargo juntó elementos que nunca antes habían funcionado en conjunto: anime, jazz, Hip Hop, sampleo, efectos electrónicos y una atmósfera nostálgica pero esperanzadora.
Actualmente, son populares las radios de música Lo-Fi que transmiten 24/7 a través de YouTube y que son un espacio para artistas independientes y emergentes, no solo músicos sino también ilustradores. Es reconocida la obra de Lo-Fi Girl del colombiano Juan Pablo Machado que está inspirada en la protagonista de la película Susurros del Corazón, de Studio Ghibli.
Gracias a la difusión que plataformas como SoundCloud y YouTube ofrecen, el Internet ha hecho del Lo-Fi no solo un género, sino toda una estética que engloba subgéneros no solo musicales, sino también visuales, entre los que destacan el Vaporwave, Jazz Hop y Chillwave, y que tienen en común la manera casera de producir música y que comulga con los ideales de la libertad de derechos de autor, además de evocar una nostalgia de épocas no vividas a toda una generación contemporánea que romantiza a través de la música la simpleza y un ritmo de vida lento y delicado.