Armonía Matutina

Un poco de lectura para equilibrar tu mañana

La principal enemiga de tus metas: la procrastinación.

Cómo definir tus metas y derrotar a la procrastinación.

Calendario y café (Estée Janssens)

¿Has tenido la sensación de que al día le faltan horas? ¿Has reflexionado en qué empleas todo tu tiempo? Si no es así, aquí te damos algunas pistas.

La procrastinación es un mal hábito muy común actualmente que se caracteriza por evitar y retrasar actividades, sustituyéndolas por otras más placenteras o irrelevantes, ya sea por el miedo o la pereza de ponernos a trabajar.

A continuación listamos seis distracciones que puede que, sin darte cuenta, te estén haciendo aplazar tus deberes innecesariamente.

  1. Redes sociales. Estar siempre al tanto de las notificaciones de tus cuentas y de actualizar tu página de inicio, además de no ser un hábito sano, te hace pasar minutos (si no es que horas) consumiendo contenido que al final del día no te aporta mucho, solo te dará estímulos e información que, como el meme de la semana, dentro de unos días no tendrá relevancia. Te recomiendo poner un límite de tiempo del uso de estas, o poner horarios fijos para utilizarlas, por ejemplo cuando estás comiendo, en realidad mientras comes no hay mucho que hacer, puedes utilizar este tiempo para revisar tus redes, y dejarlas cuando termines de comer.
  2. Mensajería. Es también una manera de pasar el tiempo sin darnos cuenta, ya que al mantenerte alerta de tus nuevas notificaciones, reduces tu concentración en otras tareas y desvías tu atención hacia las conversaciones, si contaras el tiempo de tu día que dedicas a mandar y esperar mensajes, seguro te alarmarías, y si te dedicas a ver qué partes de esa conversación realmente aportan algo, seguro te alarmarías aún más. Intenta respondiendo mensajes cada cierto tiempo, por ejemplo, cada que vayas al baño, cada que bajes por un vaso de agua, o cada que cambies de tarea, convertir la mensajería en parte de estas pequeñas tareas te ayudará a combatir la ansiedad de responder mensajes y evitará que te quedes haciéndolo todo el día.
  3. Descansos innecesarios. Muchas veces decides tomar descansos no planeados que terminan extendiéndose más de lo necesario, ya que inconsciente (o hasta conscientemente) tratas de evitar el realizar tus actividades y caes un círculo vicioso de procrastinación que si no resuelves cuanto antes, solo te generará más estrés del que tus tareas conlleven. ¿Quieres un consejo? Cuando decidas darte un descanso, no te acuestes en tu cama a utilizar tu celular, déjalo en la mesa y date tu descanso, si te acuestas y decides revisar tus redes sociales antes de descansar, terminarás dedicándoles más tiempo a ellas que a la razón por la cual te acostaste.
  4. El desorden. Estar en un espacio en el que no dispongas de las herramientas necesarias para trabajar o no las tengas ubicadas, puede representar un problema al invertir tiempo en irlas a buscar y prepararlas para las actividades que vayas a realizar, toma un día a la semana para acomodar tus documentos, limpiar tu habitación y facilitar el acceso a tus herramientas de trabajo. Elimina esos links que ya no necesitas y solo hacen más difícil encontrar los que necesitas, después, haz lo mismo con las pestañas que ya no necesitas.
  5. Multitasking. Aunque se piense del multitasking como una técnica de productividad efectiva, la realidad es otra. Al hacer más de una tarea a la vez, no estamos enfocando nuestra concentración en realizar una sola cosa, sino que sobre estimulamos a nuestro cerebro tratando de realizar más de una. Esto puede provocar, además de fatiga y estrés, errores en nuestros resultados que pueden ser evitados al culminar una actividad a la vez.
  6. El tiempo. Muchas veces el no saber cómo organizar nuestro tiempo es una de las principales causas de la procrastinación. Pensar que encontraremos la ocasión para hacer las cosas y al final no hacerlas es más común de lo que imaginamos. Dejar algo para la noche suele ser una práctica bastante frecuente, sin embargo, al llegar la noche es también muy común dejarlas para el día siguiente. Existen muchas técnicas para evitar este tipo de situaciones, y en “título” te compartimos algunas de ellas, elige o crea la que más te convenga.

La manera correcta de definir tus metas.

Muchas insatisfacciones suceden porque no tenemos nuestros objetivos claros y no sabemos cómo llegar a ellos. Saber dónde estamos y a dónde queremos llegar es solo el primer paso para definir tus metas y lograrlas.

Planear y establecer metas es el primer paso para trabajar de manera más inteligente y planificada. Definirlas y visualizarlas representa un estímulo importante que nos hace dirigir nuestros esfuerzos y acciones hacia aquello que deseamos cumplir. Para lograrlas, es necesario analizar, desarrollar e implementar estrategias personales que nos ayuden a alcanzarlas a través de la constancia y la perseverancia.

¿Cómo definirlas? Puedes convertir en una meta todo aquello que represente un desafío para ti, es decir, aquello que te obligue a salir de tu zona de confort pero apegándose a la realidad. Es importante que sean realistas para que puedas aplicar tus destrezas y habilidades en lograr tus deseos. Debes también establecer el lapso de tiempo en el que las quieres lograr y de qué manera vas a medir tus resultados una vez transcurrido el mismo.

Tener definido por qué y para qué de las metas que elegiste mantendrá tu atención en ellas y evitará que te desvíes del camino a lograrlas. Por ello, es importante que, desde un inicio, tengas clara la razón por la que estás haciendo aquello que estás haciendo, y cómo te ayudará en tu vida tanto social como profesional.

Conocer lo que controlas y lo que no controlas es una parte importante al momento de elegir tus metas, quizás en un par de días te encuentres con que tienes una cena familiar o un evento al que no puedes faltar, por lo cual tu día podría no sentirse igual de productivo que los otros, es importante entender que estos son eventos que tú no controlas, y que ocurrirán constantemente. Disfruta de estos eventos, pero al día siguiente, continua con lo que estabas haciendo, tómalo como un día de descanso.

Una vez teniendo tus metas definidas, te felicito, pues ya está mucho más avanzado que el día de ayer, y avanzarás aún más. Definir tus metas es el primer paso para lograrlas, En “La guía para dejar de perder el tiempo y crear tu propia rutina.” Te compartimos diferentes métodos para alcanzar tus metas y cómo crear uno propio; te recomendamos leerlo.

Recomendaciones.

  • Prioriza tus actividades.
  • Jerarquiza tus metas.
  • Al finalizar tu jornada, anota qué debes hacer el día siguiente.
  • Aprende a motivarte a comenzar una tarea, es lo más difícil y a la vez lo más importante.
  • Prueba a reservarte lugares especiales para actividades específicas. Por ejemplo, utiliza tu cama solo para dormir y no para hacer trabajo.
  • Considera compartir metas con amigos, de esta manera podrás sentirte motivado o presionado a dedicarles tiempo.
  • Escribe tus metas en pequeñas notas que puedas ver a lo largo del día y que sirvan como recordatorio.
  • Cuando desees recordar algo, colócalo en notas en lugares que puedas ver continuamente a lo largo del día.