Ikigai: tu razón para levantarte cada mañana.
La palabra japonesa para nuestra razón de vida.
Nighthawks (Edward Hopper)
Imagina que cada mañana te levantas emocionado por hacer lo que amas y cumplir tus sueños, imagina que te vas a dormir pensando en lo que harás mañana y no en quien serás en 5 años, ¿Cómo mejoraría tu vida?
Los japoneses viven bajo un concepto llamado “ikigai” originario de Okinawa, donde sus residentes son los más longevos del mundo.
El ikigai es la respuesta a muchas de las preguntas que nos hacemos en la vida, ¿por qué perseguimos un sueño? ¿por qué quiero viajar a cierto lugar? ¿por qué quiero aprender a hacer algo? ¿por qué quiero estar vivo?
La motivación pasajera es aquella que desaparece cuando logramos hacer algo, comprar algo o aprender algo. El ikigai es una motivación continua que permanece con nosotros en cada día de nuestra vida, ayudándonos a vivir mejor.
Encontrar tu ikigai significa encontrar tu razón de vida, pero para encontrarlo tienes que ser sincero contigo mismo, preguntarte a ti mismo qué es lo que en realidad quieres y por qué lo quieres, dejando aparte lo que las personas que te rodean esperan de ti. Tener mucho dinero, una gran casa, un gran coche y un gran cuerpo, son delirios de grandeza que la sociedad nos ha hecho pensar que es lo que debemos buscar en la vida. Para encontrar tu ikigai tienes que confrontar eso que la sociedad te enseñó con eso que tu interior te pide, pues de nada sirve alcanzar el éxito que nos mostraron si nuestros sueños mueren solo como sueños.
“Iki” significa vida, mientras que “Gai” significa razón, por lo cual Ikigai significa razón de vida. El ikigai es el punto medio entre cuatro cosas: algo en lo que eres bueno, algo que el mundo necesita, algo que te recompense y lo más importante, algo que amas.
Tu ikigai es la razón por la que estás haciendo lo que estás haciendo, es la razón por la que te levantaste del sofá y te pusiste a hacer música, escribir, dibujar, estudiar, aprender, practicar. Tu ikigai no es el objetivo o la acción, es la razón, aprendes a cocinar porque te gusta dar de comer a las personas, aprender a escribir porque te gusta que las personas te lean, haces música porque te gusta hacer feliz a las personas o estudias porque te gusta enseñar a las personas, es eso que te amas hacer y que puedes entregarle al mundo para que lo amen junto contigo. Es ese sentimiento que quieres transmitir al tocar esa canción, es esa melancolía que les quieres hacer sentir cuando escribes tu historia, es ese placer que les quieres hacer sentir cuando les cocinas.
Sentir alegría por cada cosa que haces es parte del ikigai, pues esa idea de construir tu vida dentro de muchos años te hará vivir esperando un lejano futuro, perdiéndote el ahora.
Condicionar nuestra felicidad con un futuro incierto no solo es peligroso justamente porque es incierto, si no que también nos hace vivir esperando encontrar esa felicidad que nos durará algunos días, pues cuando alcanzamos esa meta, siempre queremos más. Aprender a vivir el ahora es quizás el punto más importante de encontrar tu ikigai, pues nos rescata de ese futuro idealizado y nos invita a vivir y disfrutar del presente.
La razón de tu vida no es un momento a el que tienes que llegar, tu razón de vida es algo que tienes que estar disfrutando este día y cada día que quieras hacerlo.
Aprende a alegrarte por las pequeñas cosas, por los pequeños avances en tu vida, por los pequeños logros que hagas. Cuando sientas esa felicidad por haber escrito tu primer párrafo, por haber tocado tu primera estrofa, haber hecho tu primer boceto o escrito tu primer guión, entonces sabrás que estás viviendo tu Ikigai, y todas esas cosas pequeñas se convertirán en algo enorme, Y tu sabes que vale totalmente la pena.
Ahora, cierra tus ojos y pregúntate lo que amas, en que eres bueno, que te recompensará y que tienes para ofrecerle al mundo. Encuentra tu ikigai.